No hay quien hable por la juventud. No hay ideas en la
televisión. No hay rebeldía expuesta en medios de comunicación y la que llega a
haber se censura inmediatamente. ¿Qué es un joven sin rebeldía? Un ser inane,
inofensivo, un cero a la izquierda, uno más del montón. ¿Qué es un joven sin
ideas? Aquel que quiere ser futbolista.
La pantalla está repleta de figurillas de porcelana que a
la mínima provocación revientan y encaran a un público ansioso de sentirse
parte de algún triunfo. En los medios de comunicación, en especial la
televisión, no hay exposición de ideas que se salgan del redil. Desde las
telenovelas al futbol, que para sintetizar es lo mismo, las historias, diálogos
y opiniones se repiten una y otra vez con diferentes nombres y personajes.
Nosotros, el público, estamos condenados al cliché eterno sin, aparentemente,
darnos cuenta.
Los medios de comunicación nos han impuesto ídolos,
figuras (de porcelana) y modelos a seguir que priorizan la superficialidad. La
infancia, la juventud e incluso los adultos estamos ilusionados permanentemente
de ser como Giovani dos Santos, jugar futbol en Europa, ser estrella, creerse
intocables y vivir en un mundo aparte con montones de billetes verdes. ¿En qué
lugar quedan las ideas, la creación, el arte? Es tan fácil cautivar al público
con basura y tan difícil cautivarlo con arte.
Los medios y las personas que los manejan nos han
impuesto ideas estabuladas y vacuas; ídolos que no dicen nada porque no tienen
nada inteligente que decir defendiéndose con fotos en Instagram y seguidores en
Twitter.
Hay que ser rebeldes y no dejar que se nos impongan ideas
e ídolos. Hay que buscar a nuestras figuras. Hay que apropiarnos de ideas. Hay
que voltear a otra parte. Hay que cultivar la reflexión. No hay pretexto pues
la información fluye como nunca a través de internet.
¿Quién quiere que se le sigan imponiendo ideas? ¿Quién cree que los medios de comunicación no
son el cuarto poder?
Nuestro
ídolo y figura.
Foto tomada de La Afición-Grupo Milenio
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