viernes, 27 de febrero de 2015

¡Tu opinión es muy importante!/¿Qué es una universidad?

Hace unos momentos me llegó un correo con el título "¡Tu opinión es muy importante para nosotros!" de parte de mi institución pseudouniversitaria. Pedía contestar una encuesta que me tomaría un minuto, yo le dediqué alrededor de diez. Me parece adecuado compartir por este medio lo que contesté cuando preguntaban qué se podía mejorar en la universidad, pues el problema no es únicamente de mi institución, sino de muchas más. Es un problema que hay que analizar y compartir, que nos corresponde a todos por que la educación son los principios éticos y morales fundamentales de toda sociedad. Comparto en seguida mi texto en la encuesta: 


La manera en que los profesores imparten las clases, es decir que sean más dinámicas o de mayor nivel. En lo personal me gusta un profesor que esté lo suficientemente preparado para dar una cátedra como clase. Como institución universitaria deberían preocuparse por promover la reflexión y la conciencia crítica en los estudiantes. Sugiero así, que se lleven al campus expositores que tengan un discurso intelectual que ofrecer a los jóvenes y gastar presupuesto en ello, en lugar de gastarlo en la magna fiesta que es el Día Lince, Ninel Conde o Juan Frese. Cuento una experiencia en seguida de manera breve: Yo, Mauricio Neblina, junto a un compañero, llevamos a Guillermo Fadanelli y Leonardo Da Jandra, escritor y filósofo respectivamente, a dar una conferencia en el Auditorio, Da Jandra vino de Oaxaca y nos pidió recurso económico para su boleto de camión, el cual tuvimos que pagar de nuestra bolsa porque el anterior rector no nos quiso apoyar con el argumento de que "no había presupuesto".  Además, en esa ocasión, pedimos apoyo para la publicidad del evento con carteles y mailing a cada estudiante; nunca nos dieron resultados. No ha sido la única vez que nuestros conferencistas van a dar charlas con veinte personas en el Auditorio del campus, cuando su capacidad es de ciento cincuenta. Por tales razones pido por favor que se promuevan este tipo de conferencias que, a mi parecer, ustedes, como institución universitaria, deben de tomar cierto grado de responsabilidad, pues ¿una universidad qué es sino un centro de reflexión, conocimiento y pensamiento crítico? Cierro mi comentario con algo que está fuera, tal vez, de sus manos, pero que no me puedo quedar sin decirlo;  el mejoramiento de un plan de estudio que eleve el nivel académico me parece una de las cosas que se deberían mejorar. Gracias por el espacio. 

miércoles, 25 de febrero de 2015

El placer de la lectura

Hace unas semanas, después de la sugerencia de alguien sobre leer algunos artículos informativos, se me acercó una persona a decirme “al fin que a ti te gusta leer, no tienes problema para leerlos todos”; me lo dijo como si devorara cualquier texto sin ninguna conciencia crítica por el simple hecho de que “a mí me gusta leer”. Esta sentencia rebotó en mi mente algunos días y concluí que esta persona la cual tuvo tal atrevimiento, no tiene ni la más mínima idea de lo que significa ser lector. No es el hecho de leer en sí mismo, es qué se lee y por qué. Si sólo la acción de leer me gustara primitivamente, leería el instructivo de mi celular con sumo placer que provocaría tensiones en todo mi cuerpo; leería cualquier revista TVNotas o TVNovelas  mientras me derrito en el asiento; leería 50 sombras de Grey mientras las pulsiones de mi corazón bajaran hasta casi apagarse; leería a Carlos Cuauhtémoc Sánchez o algún blog de cualquier pseudoescritor que me encuentre, sólo con el objetivo de que mis esfínteres se aflojaran. La lectura es por curiosidad, no es el acto de leer lo que da placer, es la historia, el sentimiento, la emoción o la información que se está leyendo. Es el contenido el que interesa. A ti, quien motivó esta columna, te digo: no me da placer leer cualquier estupidez como tu Facebook o la Biblia. 

miércoles, 11 de febrero de 2015

La cabeza de la hidra

El día de ayer, 10 de febrero, la Universidad del Valle de México Campus Nuevo Laredo cerró sus puertas de manera definitiva, después de haber suspendido actividades “hasta nuevo aviso”, debido a amenazas de extorsión, secuestro y ataques por parte del crimen organizado.


El problema de la violencia se ignoró por mucho tiempo, por lo que comenzó a crecer, y cuando se quiso responder contra ello, el monstruo ya había amamantado lo suficiente como para poder contenerlo. La inseguridad, como pulpo, ha extendido sus tentáculos a lo largo del país hasta por fin tocar o hacer daño a las universidades privadas. Habrá que estar muy atento a este engendro porque, al igual que le ha sucedido al territorio mexicano, las cabezas de la hidra pueden llegar a amenazar a más escuelas a lo largo del país. Esta vez fue en  UVM de Tamaulipas, mañana puede ser TEC de Monterrey, pasado mañana bien podría pisar fuerte en la UNAM o en el Politécnico. ¡Sálvese quien pueda!